¿Qué es la verdad?, ¿Qué significa que algo sea verdadero?, ¿Por qué es tan importante para nosotros?, ¿Tenemos acceso a la verdad o siempre se nos oculta?, ¿Hay una o muchas verdades?, ¿Tiene que ver con lo real o es una construcción social?, ¿Cómo fuimos pensando la verdad a lo largo de la historia?, Estas son algunas de las preguntas que intentare dar respuesta a lo largo de esta pequeña reflexión a modo reseña histórica-filosófica, con aportes de grandes filósofos.
La noción de verdad surgió como una categoría absoluta, pero hoy parece que se ha ido relativizando, y esto me lleva a la pregunta: ¿Haber muchas verdades, no pierde la idea de verdad valor?
La filosofía muestra que no hay una única definición sobre la verdad, sino por lo contrario hay muchas formas de entenderla y todas muy diferentes entre sí, no todos utilizamos la noción de la verdad del mismo modo, ¿Entonces de qué distintas formas la definimos?, ¿Hay formas más verdaderas de definir la verdad que otras?, ¿Se encuentra la verdad en las cosas mismas, o se trata de un producto del hombre?, y si la verdad fuese una construcción social humana... ¿Podemos seguir hablando de la verdad?.
Tomemos una primera definición de la verdad que se conoce con el nombre de: verdad por correspondencia, (Aristóteles, De interpretaciones, "Relación de adecuación entre los pensamientos y las cosas").
Hay una famosa caracterización que hace Aristóteles de la verdad:
“Decir de lo que es, que es, y de lo que no es, que no es, es verdadero. decir de lo que es, que no es y de lo que no es, que es, es falso".
Tenemos por un lado la expresión de una idea, y por otro lado a la realidad misma, la verdad es siempre una relación entre ambas dimensiones, verdadero es una afirmación sobre las cosas y nunca las cosas mismas, - Por ejemplo si yo digo la oración:
“La copa está vacía", es verdadero lo que dije en la medida que haya correspondencia con lo que sucede en la realidad, aunque parezca tonto la oración: "La copa está vacía", es verdadera si realmente la copa esta vacía-.
La clave de esta forma de definir la verdad esta entonces en la correspondencia, pero para ello resulta necesario aceptar una serie de supuestos:
1 - Que nuestro acceso a lo real es posible.
2 - Que es objetivo.
3 - Que es universal.
¿Pero que problemas filosóficos tendría esta forma de entender la verdad?
La verdad por correspondencia supone un hombre que accede a lo real de modo objetivo, esto es que hay una realidad que pose su propio sentido con total independencia del conocimiento humano, pero para que este criterio funcione, todos tendríamos que estar comprobando en la realidad las afirmaciones de manera similar y sin diferencias,
La objetividad es fundamental en este esquema y por ello tendríamos que admitir que conocemos de manera universal sin condicionamientos de tipo cultural, históricos o contingente, ¿Pero así es como conocemos?.
Habría entonces que diferenciar un tipo de objetividad que hace del hombre un mero espectador, cuya mente refleja cual espejo los fenómenos que se suceden, pero hay otra forma de entender la objetividad que se inicia con kant, (Formas comunes de entender la realidad).
Según la cual objetivo tiene que ver con intersubjetividad, esto es, con las formas comunes en que los seres humanos coincidimos para conformar la realidad, ¿Pero es posible esta coincidencia?
La correspondencia es la forma de entender la verdad que mas utilizamos en la vida cotidiana, uno da por supuesto que aquello de lo que habla se corresponde con lo que es, ¿Pero y si no fuera así?
Es en este sentido que podemos hablar de una segunda forma de entender la verdad:
La verdad por coherencia. ¿Y si la verdad no fuese más que la derivación que se va produciendo de una afirmación a otra en un sistema cerrado?
Quiero decir… ¿Y si en vez de pensar la verdad como una relación del pensamiento a la cosa, la pensamos como una relación interna entre los enunciados?
A modo de ejemplo, en un sueño, en el interior del mismo, existe lógica, existen sensaciones, coherencia, hay un tipo de verdad en el.
Otro ejemplo de verdad por coherencia, se produce en el plano de las sensaciones,
cuando nos sentimos tristes, o felices, o amamos a alguien, ¿No está en juego la correspondencia con la realidad?
La sensación es del plano del sujeto, por más que objetivamente se nos demuestre que nuestras sensaciones no tienen sentido, si lo siento es verdadero. Pero la verdad por coherencia no parece resolver una problemática clave,
¿Y si todo lo que creemos no tiene nada que ver con la realidad? La forma tradicional de la verdad se nos presenta aquí y nos descoloca, nos exige salirnos de nosotros mismos y darle lugar a lo real, y sin embargo todavía podemos preguntarnos: ¿Y si lo real no existe?
Hay otras formas de definir la verdad, una de ellas es la verdad pragmática, que asocia lo verdadero con lo útil (Relación de equivalencia entre lo verdadero y lo útil).
Si algo funciona es verdadero, tiene que provocar una diferencia, una consecuencia en nuestras vidas, lo práctico se vuelve más importante que cualquier teoría.
Richard Rorty llego a decir que así como las sociedades modernas se emanciparon de la idea de Dios, hoy nos estamos emancipando de la idea de la verdad.
La verdad deja de ser importante en nuestras vidas, pero entonces ¿Qué queda de la verdad?
Para el pragmatismo si sirve, si es útil entonces es verdadero.
La verdad se vuelve mera utilidad, Se podría decir que de la verdad tradicional ya no queda casi nada, si la verdad ya no tiene que ver con las cosas sino con el sujeto, se vuelve una construcción subjetiva. ¿Pero no estaría perdiendo así su naturaleza?,
¿Seguiríamos llamándole verdad a algo que manifiestamente cambia o que depende de las circunstancias?
Otra concepción alternativa de la verdad es la hermenéutica, hermenéutica quiere decir arte de la interpretación, (Relación de interpretación entre el sujeto y el hecho).
Según nos dice Nietzsche no hay hechos solo interpretaciones, y interpretar es un acto que se realiza siempre sobre un sentido que ya nos viene dado sobre un trasfondo no elegido. ¿Se disuelve los hechos en las interpretaciones o lo real es lo que resta de ellas?
Vivimos según Vattimo tiempos de la imagen y la virtualidad que hacen de nuestra época la edad de la interpretación, aquello que somos, aquello de donde provenimos y que está en permanente estado de cambio interpreta los hechos pero al mismo tiempo va re-significando nuestra subjetividad, siempre que interpreto los hechos me estoy reinterpretando a mí mismo.
Nietzsche (La verdad es una ilusión. Sobre verdad y mentira en sentido extra moral 1844 -1900) Este define a la verdad como un ejército de metáforas en permanente combate,
se puede plantear una guerra para imponer mi interpretación como si fuera mi única verdad, o se puede apostar a que la clave de toda verdad este en dialogo con el otro,
a la diferencia que plantea el que no piensa como yo. Si todo es interpretación nadie tiene la verdad o todos la tienen.
Para Finalizar no quisiera terminar sin decir que en nombre de la verdad se han cometido los más grandes exterminios, en nombre de la verdad se ha explotado al semejante,
se ha invisibilizado al diferente, poner a la verdad en la esfera de la interpretación supone ya una apuesta a la libertad, una forma de disolver toda violencia, es que en algún sentido hay una misma lógica.
Cuando se afirma una verdad absoluta, o cuando se quiere hacer pasar la propia interpretación como si fuese la única, eso se trata de violencia y a la violencia se la enfrenta priorizando al otro. Aceptar la diversidad de lo que somos es ya una manera de entender que si mis verdades son lecturas, la de los otros valen tanto como las mías. Aceptar el devenir de lo real es una manera de comprender que aquello en lo que hoy creo, mañana puede ser de otra manera.
Bibliografía:
Aristóteles - De interpretatione Nietzsche, Friedrich: Sobre verdad y mentira en sentido extra moral.
Rorty, Richard: Consecuencias del pragmatismo.
Rorty, Richard, Contingencia, ironía y solidaridad.
Vattimo, Gianni, El Pensamiento débil.
Mentira La Verdad, Darío Sztajnszrajber, 2012.
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