Me encontraba repasando apuntes de facultad, cuando en mi pc por acción casi involuntaria, empezó a reproducirse una canción la cual decía:
"Ojalá pudiera ir volando a tu ventana, darte un beso en la cara Y acariciarte el cuerpo y hasta por la mañana, Llenarte de caricias sin que te despertaras, Susurrarte al oído que siempre me amaras,
Peinarte el pelo con las yemas de mis dedos Pintarte corazones llenos de ilusiones
Cada noche una aventura lleno de travezuras,
Tengo un millon de sueños, Te quiero...
En ese momento pensé, que estamos invadidos por letras de canciones, de carteles, reclamos, propagandas, libros, series de tv, películas, etc., y todos hablan en nombre del amor, ¿Es realmente el amor como lo solemos pensar, como lo solemos plasmar en lo cotidiano en nuestras practicas subjetivas? ¿O tenemos simplemente una idea que esta naturalizada, arraigada, erradamente desvirtuada, distorsionada, idealizada, que cuando nos enfrentamos frente a frente con un otro proyectando esa idea de amor romántico - del cual nos han inculcado - simplemente no sabemos que hacer y no lo logramos sostener a largo plazo, ya que puede que sea utópicamente algo que es inalcanzable?, Entonces he aquí que subyacen muchas preguntas...
¿Qué es en verdad el amor?, ¿Para qué nos sirve amar?, ¿A donde nos lleva?, ¿Nos llena o nos vacía?
Si el amor en verdad nos llena quizás sea porque es algo q busco y encuentro consigo e incorporo, algo de lo que me apropio. Entonces… ¿El amor es una propiedad? ¿El amado un objeto?, Es que si el amado me llena, me completa, me expande, me engorda… Entonces cuando amo el otro es solo un objeto para mí, el otro pasa a ser el alimento necesario para mi crecimiento. Pero entonces. ¿Dónde queda el otro?. ¿Por qué si el amor tiene que ver conmigo?, ¿Importa quién es el otro? ¿O importa que ese otro encaje justo en lo que yo necesito que ese otro sea? Y si así fuera… ¿No se transforma entonces el amor en una relación conmigo mismo?, ¿Eso es el amor?.
Y si no hay un otro… ¿Sigue existiendo el amor? ¿No puede ser el amor solo la ficción que nos inventamos para no asumirnos definitivamente como animales? ¿No puede ser solo una distracción? ¿Una anestesia para olvidarnos de que pase lo que pase, igual nos vamos a morir?.
Muchas, demasiado preguntas y sin embargo un único dilema: ¿El amor tiene que ver conmigo, o el amor tiene que ver con un otro?
¿Cuál es el campo del amor?
¿Por qué relacionamos el amor con el matrimonio, con el sexo, la monogamia, y la reproducción? ¿Por qué lo relacionamos con todo?, ¿Pensar al amor ayuda?.
Desde el principio, en la versión cotidiana que fue llegando hasta nosotros, el amor siempre esta ligado a algo positivo, digamos que una visión optimista del amor que puede resumirse como que: el amor trae la felicidad, después están los hechos, incluso en cualquier reflexión que hagamos sobre el amor, se nos va abriendo otras perspectivas que lo sacan de este optimismo ingenuo, sin embargo una muy idealizada que se nos presenta como un punto de llegada, que parece teñir de felicidad toda la existencia, ¿pero realmente son el amor y la felicidad, puntos de llegadas definitivos?.
El amor y el dolor: el nacimiento de afrodita:
¿El amor nos hace felices?
De hecho uno de los mitos mas importantes sobre el amor en el mundo griego, plantea otra realidad, resulta que Urano el dios del cielo y gea la diosa de la tierra, estaban allí en el universo, solos, teniendo sexo, y así tienen hijos, iban poblando el universo, se la pasaban tanto Urano con gea teniendo sexo que gea vivía embarazada, hasta que gea en un momento se harta de la situación, y le pide a uno de sus hijos cronos que haga algo, cronos va y corta por lo sano, va un día con una serpiente de hierro y cuando Urano estaba teniendo relaciones sexuales con gea le corta los testículos con esa serpiente de hierro y estos van cayendo envueltos de semen y sangre al mar, luego se empiezan a ver una serie de movimientos, como un maremoto en el mar, cuando de repente todo se calma y de esa calma va surgiendo del medio del mar una de las diosas mas bellas y mas fina, mas bonita que es la diosa afrodita, Por ende para la cultura griega el amor tiene en su origen el dolor.
Epicuro afirmaba que la felicidad se alcanza en la medida en que nada nos perturbe, ser feliz es alcanzar un estado de imperturbabilidad absoluta, esta claro que todo lo que nos perturba es todo aquello que nos genera dependencia. ¿No se vuelve así el amor una fuente de perturbación permanente?
Cuando amamos queremos que este estado dure para siempre, pero el problema radica en que todo es finito. Y así se genera una tensión de las que no salimos indemnes. El amor duele, porque lo concebimos pleno, y sin embargo, nunca cierra.
El amor como eros:
Los griegos no definían al amor de una única manera, una de ella era a través del dios eros. Eros es esa sensación que atraviesa nuestros cuerpos cuando descubrimos a la persona que estábamos buscando, en términos cotidianos, eros es lo mas parecido a nuestro estado de enamoramiento. Eros es ese estado que modifica nuestra percepción sobre todas las cosas, todo se nos vuelve más dulce, más bueno, más interesante, más profundo. Eros es estar flechado, y no es solo una metáfora, sino que el dios eros en la mitología romana era el dios cupido, el dios niño, que se manejaba con su arco y su flecha. ¿Pero se puede estar así eternamente?, ¿Es esta forma del amor algo que puede perdurar? Si afrodita era la diosa que regia las relaciones sexuales, eros era un dios con un poco mas de alcance. Ya que como luego se deriva de su nombre, dota de erotismo cualquier actividad humana.
Sócrates dice en el banquete de platón: que amamos lo nos que nos falta y que cuando lo encontramos, lo queremos para siempre. Pero una vez que alcanzamos el amor… ¿Dejamos de desear?
El amor surge de una carencia originaria, lo humano se define a partir de la falta, y el amor es el intento permanente por completarnos, por eso con el enamoramiento, la sensación es de una sublime plenitud, alcanzar ese estado de plenitud a través del otro, es completarse a uno mismo, y cuando nos enamoramos apasionadamente, nos sentimos plenos. ¿Pero es esto posible?
Una vez que alcanzamos la plenitud... ¿Qué sucede el día después?
Conocemos a alguien, nos enamoramos, y luego casi sin darnos cuenta ese estado comienza a mesetarse, se vuelve rutina, se aburguesa, y comenzamos a sentirnos embargados por el tedio, es que la gran tragedia de eros, es que se trata de un amor que cuando alcanza un punto de expansión máximo, luego siempre se derrumba, se trata de un amor que cuando consigue su objetivo, no se sosiega, se trata de un deseo que nunca puede colmarse. El problema entonces tiene que ver con el lugar del otro, el amor de eros es un amor sin otro. Un amor que des-otra,
¿Por qué sin otro?
Porque eros ama en función de un faltante, de lo que a mi me falta, esta prioridad del mí, hace que la falta este pensada desde uno mismo, se define la busque al modelo del amor ideal que yo me hago a partir de mis propias necesidades, busco a alguien no por lo que esa persona me pueda dar, sino a partir de lo que yo pretendo que el otro sea, no me abro al otro, sino que pretendo que el otro encaje en lo que yo necesito, casi como si el otro debiera tener justo la forma que tiene ese vacío de mi carencia, pero lamentablemente el otro nunca es lo que uno pretende, nunca encaja.
Con lo cual se producen dos consecuencias:
1) - O el otro deja de ser quien es para encajar en mi modelo.
2) - O el otro no encaja y no hay vinculo posible.
Simón Weill El amor como ágape:
¿Se puede pensar al amor de otro modo?
Simón Weill afirma que el ser humano por naturaleza busca permanentemente expandirse, desplegar su ser, ejercer su poder, lo humano se impone, se instala, acapara, va por todo.
Pero… ¿podemos ir en contra de nuestra naturaleza? ¿Podemos ir en contra de nosotros mismos? Simón Weill nos da una pista.
¿Y si el amor es una renuncia? ¿Y si el amor es una retirada? Eso que los cristianos primitivos llamaban, amor como ágape.
Se trata de otra manera de definir al amor, un amor que no cosifica, un amor desde la desapropiación y del desapego, un amor con el que no se gana, sino que se pierde, se da, se entrega, ¿pero puede funcionar así en una pareja?
Dice adorno en mínima moralie solo serás amado el día que puedas mostrarte débil sin que el otro lo aproveche para mostrar su fuerza, o sea el otro muestra su debilidad y sin embargo, yo no invado, no lo aprovecho, me resisto a ejercer al máximo mi poder, me retiro, para que el otro sea. Existe en este sentido una prioridad del otro, pero sobre todo hay una perdida del yo, el otro no es una posesión, sino que se desposea a la pareja, es casi un amor que va en contra de nuestra naturaleza, y por eso tiene algo de excepcional, de extraordinario, de locura, un amor por fuera de la lógica del intercambio y del contrato, Para esta postura si hay amor no hay contratos, y si hay contratos hay acuerdos, estrategias, ganancias pero, nunca habrá amor, porque el amor excede toda lógica, el amor es exceso.
El amor deconstruido:
En nuestra cultura occidental y cristiana el amor siempre estuvo ligado con otros conceptos que lo condicionaron y le impidieron otras perspectivas. La sexualidad, el matrimonio, la monogamia, y la reproducción. Este enjambre conceptual está en las bases de nuestra concepción sobre el amor, ¿pero podríamos deconstruirlo para poder entre mirar sus entrañas más profundas?, ¿Podemos pensar al amor de otra manera, de tal manera que nos despojemos de los sesgos naturalizados en nuestra misma existencia de visión sobre el amor?
El amor y la sexualidad:
¿Existe alguna relación íntima entre el amor y el placer sexual?, ¿O se puede pensar al placer sexual circulando por fuera de todo proyecto, por fuera de todo tipo de institución, por fuera de toda metafísica del amor?.
Foucault y el sexo como materia del saber:
Cuando Foucault se pelea con la teoría de la represión, nos muestra que al sexo no se lo reprime, sino que está bien presente por todos lados, se habla de sexo, se lo explica, se lo vende, hasta se ha vuelto propio de la medicina, y así se lo ha ido estigmatizando y clasificando. Para Foucault el sexo es una materia del saber, se lo entendió pero en ese acto se lo perdió, nuevamente el placer sexual no necesita de ningún tipo de metafísica para desplegarse, pero que bueno seria repensar nuestros vínculos, disociando entre el placer y el amor.
El Amor y la monogamia:
¿Qué es la monogamia?, ¿Es el amor un vinculo solo de a dos y que implica solo exclusividad?, ¿Se podría sostener nuestro orden social por fuera de la monogamia? Pensar la monogamia es intentar resquebrajar la idea de amor como posesión, es que en la medida en que se piensa al otro como propiedad el vinculo se mercantiliza, entre propiedades hay un intercambio predominado por la lógica de la ganancia, que es lo contrario al amor por el otro. Si el amor es retirado, entonces no hay posesión, la monogamia no se sostiene, hay algo en el vinculo monogámico que no cierra, parece difícil justificar la monogamia salvo que sea por motivos productivos, pero tampoco parece fácil pensar nuestros vínculos en otro tipo de institución.
El amor y el matrimonio:
¿Cómo seria en la práctica un vinculo no monogámico?, De hecho, la poligamia reproduce mucho de las limitaciones que la monogamia pose, talvez se trate de otra cosa. Pensar al amor por fuera de todo régimen normativo, y dejarlo circular, crear acontecimientos, encuentros, situaciones. Tal vez el problema sea la institucionalización de todo amor cuya concresion legal es el matrimonio, casi como si hubiera un pasaje natural desde el vinculo amoroso a esta figura del derecho con deberes y obligaciones, que supuestamente expresa el espíritu del amor, pero que traducido al lenguaje de la ley lo lleva al plano de lo contractual.
El matrimonio es un dispositivo productivo que ordena y normaliza la vida social, disciplina y reproduce el sistema, casi que podría funcionar más allá del amor, casi que funciona mejor como dispositivo productivo cuando no hay amor.
El amor y la reproducción:
También se ha asociado el amor con la reproducción de la especie, así el amor tendría un objetivo productivo, seria un medio para otra cosa, casi como si quisiéramos demostrar que el amor existe con el único propósito de perpetuar la humanidad. No nos queremos asumir animales que se reproducen y por eso buscamos un sentido mas profundo y sin embargo esta claro que la reproducción de la especie, no necesita de ninguna metafísica del amor, basta con el mero encuentro sexual, y ni siquiera eso. Ya que con el avance de la ciencia y de la tecnología cada vez menos habrá una conexión esencial entre lo natural y la reproducción, no nos imaginamos cada vez más la reproducción humana desde la pura acción de la tecnología y además… ¿Porque tener sobre este supuesto solo una proyección apocalíptica? ¿Porque no pensar también cuanto se liberaría al amor si ya no lo pensamos vinculado a la reproducción?
Pero entonces... ¿Qué queda del amor?
Si el amor no se relaciona con la sexualidad, ni con la monogamia, ni con el matrimonio, ni con la reproducción, ¿Qué queda del amor?, ¿Queda algo?
Deconstruir al amor, pensarlo en sus múltiples perspectivas, desapegarlo de sus implicancias productivas, recuperar su espíritu originario, que como toda búsqueda del origen nos arroja en lo desfondado.
El amor, un imposible que solo siendo imposible cobra sentido y que por ello cuando es posible nunca cierra. ¿Pero no es todo acto de amor un acto de apertura? Entre lo posible y lo imposible el amor es esa conciencia partida que se pierde en el encuentro con el otro, otro que me saca de mi mismo y me antecede retirarme para que el otro sea, sin estrategias, sin acuerdos, sin utilidad, ya ha ido demasiado la humanidad por el camino de la expansión de lo propio y la ganancia como único fin. ¿Y si probamos otra cosa? Ir en contra de uno mismo y amar, aunque se pierda por fuera de toda lógica. Porque sí!. ¿Por qué no?.
Bibliografía:
· Adorno, Theodor (1978). Minima Moralia (E F N Jephcott trans. ed.). London.
· Compte sponville, andre (2012) Le Sexe ni la Mort. Trois essais sur l’amour et la sexualité, lbin Michel;
· Epicuro (1985). Carta a Meneceo y maximas capitales. Alhambra
· Foucault, Michel (1979 [1970]). La arqueología del saber (6a. edición). México: Siglo XXI.
· Foucault, Michel (1977 [2007]). Historia de la sexualidad 1. La voluntad de saber (31a. edición). México: Siglo XXI.
· Foucault, Michel (1984). The History of Sexuality Volume 2: The Use of Pleasure. London: Penguin Books.
· Foucault, Michel (1984). The History of Sexuality Volume 3: The Care of the Self. London: Penguin Books.
· Foucault, Michel (1999). Religion and culture: Michel Foucault. Routledge.
· Platón (2003). Diálogos. Obra completa en 9 volúmenes. Volumen III: Fedón. Banquete. Fedro. Editorial Gredos. MadridWeil, Simone: la gravedad y la gracia.
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